Este escrito lo hice poco después de iniciar en terapia.
Mi niñez y adolescencia fue… Mucho conflicto para mi mente no desarrollada emocionalmente. Veía un mundo de y para extrovertidos, donde los que no lo eramos fuimos calificados como “raritos”. De hecho, desde… Creo que desde la secundaria, la mayoría pensaba que era gay. No digo que eso sea malo, pero la mayoría de la gente (inclusive gays) pensaban que lo era. Me han dicho que es por mi comportamiento, mi forma de vestir, mis marcadores, porque soy educado, porque nunca estoy diciendo vulgaridades sobre las mujeres, etc.
A veces, me siento solo. Sin importar que haya mucha gente a mi alrededor.
El día de ayer, hubo una reunión en mi casa. Un rosario. Había mucha familia, realmente no quería bajar, pero había una prima con la que quería hablar, sin embargo, no hablamos mucho porque había mucho ruido y mucha gente y nuestros temas eran personales.
Es… Extraño. A veces me gustaría no ser así. Pero también, me doy cuenta el dinero que me ahorro por no salir tanto y que con eso puedo viajar y toda mi percepción cambia.
Espero les guste el siguiente escrito.
Como todos los introvertidos, crecí en un mundo en que se premia el no serlo. En la escuela se me decía que hablara más fuerte, que no podían escucharme.
Mis amigos eran pocos y cercanos, haciéndome, bueno, no popular.
Prefería pasar tiempo solo, lo que hacía que la gente creyera que había algo mal conmigo.Toda mi niñez y adolescencia, tuve esta pelea interna en la cual sentía que no era lo suficientemente extrovertido. Pero en ese entonces no sabía ni comprendía lo que era, todo lo que sabía es que no era querido.
Mi voz sólo era escuchada en papel, había que estar en el escenario para poder ser escuchado. Perdí muchos amigos casi tan rápido como los hacía, porque yo no entendía porque querían salir tan seguido, esa maldita necesidad de siempre tener contacto.
Comencé a sentirme culpable cuando daba excusas para no estar con mis amigos y avergonzado cuando se acercaban a mi y decían “Más fuerte, no te oigo”La presión me derribó y causó una enorme cantidad de auto-critica, que terminó en ataques de ansiedad y en ocasionales ataques de pánico.Ojala las personas hubieran actuado distinto con mis emociones, pero creo que no tiene nada de malo. En ese entonces no se hablaba de introvertidos o extrovertidos… Y vivíamos en una sociedad extrovertida, ¿cómo podría saber la gente?
Tuve maestros que supieron reconocer que lo que representaba mi silencio no era vergüenza (no del todo). Me dieron herramientas para mejorar y crecer intelectualmente.
Y también tuve amigos, que de alguna manera me aceptaron tal cual soy. Maravillosos amigos a los que siempre querré.
Pero muchas personas no comprenden lo que sentimos, y es horrible sentirse de esta manera, como si no fuéramos suficiente. Las personas no comprenden que nuestra personalidad es distinta, y las cosas más mínimas para ellos a nosotros nos cuestan un montón. No saben lo mucho que estamos dando, lo mucho que estamos amando y lo mucho que significa lo que para ellos es tan poco. Que el simple hecho de ir a un lugar donde no conocemos a nadie para poder estar contigo, poder hablar de sentimientos o de cosas personales, o el simple hecho de aceptar tu proximidad física, son actos que significan mucho para alguien como nosotros.Y así me sentí toda mi niñez. No suficiente y no comprendido. Como si hubiera algo mal conmigo.
Después descubrí el eneagrama y la palabra introvertido. Y ahí encontré una descripción de mi mismo. Me pude entender. Y desde entonces he crecido más fuerte, más seguro (un poquito) y hasta más guapo.
Ya no me interesa hacer ruido. No me interesan las fiestas, los antros u otros lugares ruidosos en donde esta repleto de extraños con los que no puedes conversar.No me interesa tener un montón de amigos… Pero si me interesan las conversaciones, las salidas por una café o ir a comer.Por los amigos que he hecho y pienso conservar.
Y el día de hoy, ya no me siento culpable cuando rechazo una invitación a algún lugar ruidoso. Me siento aliviado cuando siento la confianza de decir “Nos vemos, ya me voy a mi casa”.
P.S. Si tienes un amigo introvertido, quiérelo. Acéptalo tal cual es. No lo presiones ni lo hagas sentir mal por no querer estar con desconocidos. Aprecia lo que el da, porque aunque para ti sea poco, para el o ella puede significar todo.
La maldición de ser introvertido por Omar Obregón
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