Este escrito lo pensé hace como 3 días mientras muchas cosas pasaban por mi cabeza. Estaba muy chido, pero cometí el error de no escribirlo mientras lo pensaba, así que esto que van a leer es una adaptación que no le llega al original.

A veces no quiero levantarme de la cama, me gustaría quedarme ahí por siempre. No despertar, tener un sueño eterno. Pero la vida me despierta y me sonríe.

A veces no quiero intentar algo, tengo miedo de fracasar, ser humillado o ser la burla de los que sí saben y pueden hacerlo. Pero la vida me da la oportunidad de demostrar que si puedo hacerlo y me sonríe.

A veces no quiero volver a conocer a alguien, no quiero ser lastimado e ilusionado de nuevo. Pero la vida me ha presentado personas maravillosas que me regresaron las ganas de confiar y me sonríe.

A veces no creo merecer lo que la vida me da, tengo problemas para aceptar sus regalos y aún así, la vida me sigue enviando bendiciones y me sonríe.

A veces no puedo creer ni en mi mismo, siento que tengo todo en contra, que no vale la pena continuar, sólo quiero rendirme. Pero la vida me saca adelante, me presenta nuevas oportunidades, me dice que soy valioso, me demuestra que soy amado…

Y me sonríe

OMAR OBREGÓN | ABRIL 2021